lunes, 1 de mayo de 2017

TIGRES O CROQUETAS DE MEJILLON


Mejillones Rellenos
 

Me gusta seleccionar el mejillón de una talla media y lo más fresco posible.
La cebolla y ajo picados muy finamente se sofríen a una temperatura moderada en el fondo de una amplia cazuela añadiendo una hoja de laurel y perejil.
De lo que se trata es que el aceite se impregne de los aromas más que de conseguir el dorado de la cebolla y el ajo. 

Siempre pongo tapa para no perder esencia, ojo con la potencia de fuego, siempre moderado.

En el momento que la cebolla se vea blanda y medio transparente el sofrito ya estará preparado para añadir un vaso de vino blanco. 

Suelo utilizar Marques de Vizhoja,
Un vino blanco joven elaborado por Bodegas Marqués de Vizhoja,  en la zona fronteriza que delimita España y Portugal, cerca del Miño.Un vino de autor que no está amparado por ninguna D.O.elaborado a partir de las variedades Albariño, Loureria Blanca y Treixadura.


Amarillo pajizo de tonalidades verdosas, con toques de fruta blanca y matices florales junto a agradables recuerdos herbáceos, equilibrados y finos, muestra notas cítricas y afrutadas. La elección de un vino para cocinar es importante, las notas que muestran los caldos están en armonía con la cocina que queremos mostrar.

Una vez que se han volatilizado los vapores alcohólicos añadimos los mejillones y volvemos a tapar la cazuela para que  el vaho impregnado en aromas separe las conchas.
Pocos minutos, yo tan solo tres, son necesarios para la carne. 

Tenemos que tener en cuenta que después va a cocinarse con la bechamel, no es necesario que se hagan demasiado.

La salsa que queda en la cazuela se filtra con un colador de tela para utilizar parte de ella para ligar la salsa bechamel.


La salsa blanca no tiene ningún secreto. Yo lo hago con mantequilla y utilizo un poco de nuez moscada. La bechamel debe hacerse a baja temperatura para que la harina  se cocine suavemente. No deben de quedar grumos, mezclamos un poco de caldo de mejillón, probamos y rectificamos de sal.




  En un sartén pequeña sofrío muy suavemente cebolla muy, muy picada con pimiento de piquillo y cuando ya esté hecho añado la carne desmenuzada del mejillón, huevo cocido  y un poco del caldo de cocción  que hemos reservado.


Hay que tener en cuenta que la salsa blanca cuando pierda temperatura tiende a espesar, es conveniente verterla en otro recipiente que no esté sometido al fuego.






Rellenamos las conchas, pasamos por pan rallado, huevo y a la sartén. Yo tengo la costumbre de que primero frío la parte con concha para que se cocine por dentro y después le doy la vuelta.

Cuando salen de la sartén los coloco con papel absorbente y ya está.
Admite congelación simplemente cubierto con pan rallado.
Se puede rellenar con gamba, surimi, merluza e incluso bacalao con salsa verde… 

¡ Imaginación !


         Que aproveche. 

domingo, 23 de abril de 2017

RESTAURANTE CHINO DYNASTIA 
 en PALENCIA


Conozco el “ Restaurante Chino Dynastia ” desde sus orígenes y mantienen los mismos valores: la misma calidad, sabor, vocación de servicio, excelentes conocimientos de cocina asiática y talento culinario. 

Un sitio más que recomendable. 




“ Rollo primavera ” típico de la cocina Cantonesa presenta el contraste equilibrado de sabores, texturas, aromas y color perfecto.




En ningún otro sitio me he sentido tan satisfecho como en Dynastia. 

                 

Un local más que recomendable. 
Por motivos profesionales he tenido que trasladarme a Madrid y siempre que vuelvo a Palencia vamos a cenar, es una cita ineludible. 

La gastronomía de China es una de las más ricas debido a la antigua tradición culinaria del país, y está muy ampliamente representada en el mundo. 






La ternera con setas y bambú, el pato a la naranja… todo lo que sale de esa cocina te traslada al un mundo de sabor de la cocina Cantonesa.





La sucesión de platos tal y como se conoce en los países occidentales es sustituida por la búsqueda del equilibrio entre los cinco sabores básicos (dulce, salado, ácido, amargo y picante). 
Es por ello que muchas personas no saben apreciar el perfecto equilibrio de estos cinco sabores. 


No entienden que una ensalada se aderece con azúcar y menos aún ternera agridulce. 
Para visitar un auténtico restaurante chino tenemos que abrir nuestros sentimientos a nuevos sabores.



La calidad, el servicio y atención se corresponden perfectamente con el precio más que ajustado de Dynastia. 



Un sitio para volver… como siempre.

C/Casañé, 6-8,
 34002 Palencia.
Tfno... 979 71 06 22


sábado, 19 de noviembre de 2016


CALAMARES RELLENOS CON CARABINEROS

Me encanta el mar, no lo puedo negar… y eso que soy de tierra adentro o como me dicen algunos “marinero de agua dulce”

Una de las satisfacciones más grandes que he sentido dentro del mundo de la cocina y restauración, fue hace años cuando conocí en Madrid Fusión a Angel León, conocido como “el chef del mar “

Hablar con Ángel te transporta a un mundo subacuático donde todo es posible, tan solo tienes que dejarte llevar por el amor, el cariño y las pequeñas cosas que hacen que todo sea posible.

Con el tiempo adquieres una habilidad que yo considero más bien un don, este consiste en saborear los productos casi con la imaginación; solo con mirarlos y trabajar estrechamente ligado a ellos, desde su procedencia hasta los fogones.

Con el respeto que se merecen las manos que hacen posible que lleguen a nosotros y el cariño que recibimos cuando lo saborean en la mesa. Esto siempre ha sido y es mi bandera.


Calamares rellenos con carabineros, no asuste el plato porque el carabinero de talla mediana tirando a pequeño no es tan caro como el talla XL que puede llegar incluso a los veinticinco centímetros. 

Importante comprar calamar, que no nos vendan pota. 



INGREDIENTES

  • Calamares.
  • Carabineros.
  • Chalotas.
  • Perejil.
  • Ajos.
  • Laurel.
  • Coñac.
  • Mantequilla.
  • Sal.
  • Aceite de Oliva Virgen.


Limpiamos los calamares dejando los rejos y aletas para picarlo en el relleno.
Pelamos los carabineros reservando las cabezas y cáscaras para el caldo o fumet.
Usamos chalotas porque son más suaves que la cebolla y no quiero que enmascare el sabor del marisco.
Además el contenido mineral de las chalotas es mayor que la de cebolla, incluyendo el hierro, cobre y potasio e igualmente de la  capacidad para reducir los niveles de colesterol, prevenir ciertos tipos de cáncer etc.
Las picamos en “brunoise” (en daditos)  junto con los carabineros, perejil, aletas y rejos. Vamos a hacer el relleno.
Disponemos una sartén con aceite de oliva virgen y sofreímos a  fuego suave unas láminas de dientes de ajo.
Cuando comiencen a dorarse retiramos el ajo e incorporamos la cebolla.
Cuando esta vaya cambiando de color y quede casi transparente agregamos el resto; aletas, rejos, carabineros, perejil, )preferiblemente en este orden) y salpimentamos al gusto dejando que se cocine todo junto durante unos minutos.

Una vez haya quedado tierno lo reservamos para que se enfríe un poco.
Hay quien incorpora al relleno un huevo cocido picado muy fino e incluso le añade merluza. Es este caso solo he utilizado lo anteriormente descrito.
También hay gustos que prefieren quede muy fino y lo pasan por la batidora. A mí me gusta dejar los rejos casi completos y las aletas cortadas en tiras muy finas; el carabinero en rodajitas.




Llegados a este punto, vamos a rellenar los calamares con una pequeña cuchara y cerramos con unos palillos para evitar que se salga el relleno. Es conveniente pinchar un poco el tubo de calamar con los palillos.
Los calamares ya rellenos se pasan por la sartén o una plancha con un poco de aceite dejando bien marcados por todos los lados.
Ponemos al fuego la cacerola para hacer el fumet; primero sofreímos con una cucharada de aceite un poco de ajo, chalota y cuando esté tierna vamos a añadir una hoja de laurel las cabezas y cascaras de los carabineros. Añadimos agua y esperamos a que se forme el fondo.  

Ahora vamos a hacer la reducción de chalota, para ello picamos de nuevo las chalotas muy finamente y en un cazo las cocinamos con un poco de aceite a fuego bajo durante un buen rato hasta que quede mermada, añadimos para ello varias cucharadas del fumet que hemos preparado antes. Un poco de mantequilla sin dejar de remover hasta que quede una salsa homogénea de color claro.

Yo antes de servir me gusta pasar los calamares rellenos y marcados por un golpe de horno a 90º grados durante cuatro o cinco minutos para después emplatar con la salsa en reducción.

Yo compro calamar pequeño, se puede hacer con tubo de calamar grande para servirlo en rodajas. Como de verdad queda de maravilla es con chipirón, pero encontrar un chipirón recién pescado y de este tamaño solo es posible en costa. 





Todo esto se puede acompañar con arroz cocido o con mayonesa, así tenemos un plato único… 


                                                 




Espero que os haya gustado.


Con todo mi cariño...

    Vicente Frías...




viernes, 11 de noviembre de 2016

“ SUSHI BURGER “


“ SUSHI BURGER “


       ¿Es una hamburguesa?

      ¿En una pieza de sushi?


El nombre lo dice todo. 

Dentro de la tendencia de asociar las cocinas del mundo, un “bocata” que fusiona gastronomías tan dispares como la americana y la japonesa y dos productos de gran éxito como hamburguesas y sushi tiene muchas posibilidades. 




El pan se sustituye por arroz y el relleno se decide a gusto del consumidor: versión purista con pescado y vegetales o versión carnívora. 



¿Es un sushi “a lo grande” sin palillos o una burguer oriental? 




Qué más da el nombre si el bocado es bueno.

BOTILLO


" BOTILLO "

El botillo es el manjar más sabroso y emblemático de la gastronomía berciana. 

Este producto típico se asoma hacia territorio gallego, maragato o lacianego.

Su nombre deriva del latín y traducido como salchicha, morcilla o chorizo. 

El botillo no es si no las tripas gruesas donde se embuten diversos tipos de carne, principalmente costilla y rabo previamente adobadas en pimentón.

La historia cree que su origen es romano durante su estancia en El Bierzo pasando al mundo medieval, esto es discutible.

Un producto de ricos y pobres.


Para su preparación necesitaremos:




  • Un botillo.
  • Cuatro chorizos.  
  • Cuatro patatas.
  • Una berza.  














Ponemos a cocer agua con un nivel que nos asegure cubra suficientemente el botillo.

Trascurrido una hora y media a fuego medio incorporamos las patatas, chorizo y la berza.

Dejamos cocer otra media hora cumpliendo con las dos horas necesarias para que el botillo cueza y suelte la sustancia.




Desgrasamos y espumamos el caldo para colocar en una fuente, el botillo, los chorizos, patatas y la berza.








Abrir la tripa es sumamente sencillo y ver aparecer las costillas una bendición.














A mí me gusta servir en plato unos trozos de costilla con una patata, un poco de berza y rodajas de chorizo con un poco del caldo de la cocción.



















En un menú fuerte muy apropiado para tiempo de frío.  

jueves, 10 de noviembre de 2016

" Sopa Castellana "


Es tiempo de cuchara, siempre lo digo. Este plato tiene tantas variantes como queramos, yo he probado muchas de ellas una vez incluso con mollejas de cordero pero la que realmente no se me olvidará nunca son las sopas con el caldo de cocer las morcillas. 

En el pueblo hace muchos pero muchos años hacíamos la matanza del cerdo, así fue como aprendí a destazar, y el caldo que sueltan las morcillas al cocerse es una auténtica bendición…  ahora como todo está prohibido no se aprovecha nada y lo tiran. 
Lo más parecido a este recuerdo es hacer la sopa incorporando una morcilla desmenuzada de sangre y cebolla, el resultado es impresionante. 
Hay quien las llama “sopas negras”

En este caso que nos acontece vamos a hacer la sopa con un sofrito de ajo y pimentón. 


Los ingredientes son muy fáciles: 




  • Una barra de pan hueco.  
  • Dos dientes de ajo.
  • Tres lonchas de jamón.
  • Un tozo de hueso de jamón.
  • Una pastilla de caldo de carne.
  • Una cucharada de pimentón dulce.
  • ½ cucharada de pimentón picante.



Ponemos a cocer como un litro de agua con el trozo de hueso de jamón y añadimos la pastilla de caldo, es conveniente que cueza al menos media hora a fuego medio.









Fileteamos  tres lonchas de jamón y damos cortes transversales para hacer los “tropezones”.















Cortamos la barra de pan en lonchas finas con el cuchillo de sierra, el de cortar pan.




















Colocamos las lonchas de pan en la cazuela de barro y cuando estemos a la mitad de altura repartimos los “tropezones” de jamón y continuamos colocando lonchas de pan hasta completar la cazuela.











Sofreímos lentamente los dientes de ajo fileteados, un diente de ajo en dos trozos, más finos se pueden quemar antes de tiempo,  y añadimos la cucharada de pimiento dulce y el pimiento picante, un refrito de unos segundos. 










Con una cacilla y mediante un colador de tela, vertemos el caldo en la sartén del refrito.

Esperamos a que comience a hervir y ahora repartimos el sofrito y de la sartén con un cucharón para que llegue a todos los rincones.
Una vez hecho esto, rectificamos de sal el caldo del hueso de jamón y de nuevo utilizando el colador de tela, vertemos el resto de caldo hasta que cubra el pan. 



A mí me gusta añadir el sofrito de pimentón antes y así cuando añado el resto del caldo, este reparte equitativamente el pimentón cuando discurre hasta el fondo.  



En este caso estoy utilizando una cocina de leña y horno precalentado a 150º, en cuanto cierre la puerta subirá hasta los  190º, más que suficiente para que en media hora el caldo se haya evaporado e incluso nos haya formado una pequeña costra de pan en el fondo de la cazuela, algo verdaderamente delicioso.



Se puede añadir medio tomate frito, en ese caso, sin jamón. También se puede echar unos huevos a la vez que el jamón y se cubren igualmente de pan, se hacen lentamente y vamos… no hay palabras para describirlo.
Recetas hay miles, millones, pero algo que no voy a cambiar es el amor, el cariño y el respeto por lo auténtico y tradicional. 







Desde el producto local pasando por el cariño en su ejecución recordando con estos platos de  dónde venimos, nuestros orígenes y quienes nos enseñaron el amor por la cocina.




Cuantas veces me habrá contado mi abuela como se lo preparaba a mi abuelo Vicente, no existían los hornos de ahora y para que quedaran tostadas, cerraba la cazuela con una tapadera de chapa y con las tenazas de  la cocina ponía encima ascuas para que calentaran la tapadera a modo  grill.


¡¡ Más que auténtico, genial !!

Venga… manos a la obra.              ¡¡ Ah, una cosa!!









De segundo plato  un 

huevo frito...

 “ pa untar pan”. 










NO HAY AMOR MAS SINCERO QUE EL AMOR POR LA COMIDA



Muchas gracias...